Este verano, no podía visitar mis tierras sin haberles comprado, a mis pequeños, la famosa muñequita rusa, la Matryoshka.
¿La conocéis? Seguramente os suena como el símbolo del arte popular ruso y como el recuerdo más comprado por los turistas que visitan este país.
Para mi la Matryoshka, a parte de su belleza y su valor sentimental, es un excelente recurso pedagógico. Muchos pedagogos y psicólogos rusos la hacen servir como recurso en su trabajo con los niños.